Harapos caen
y en las penumbras
tus alturas dilapidan
uno a uno
mis Semidioses.
En cada paso,
un poco más lejana,
desvarío.
Y soy mística.
Y soy
señales que
parten
para soñar
en la mudez
insondable
de este
cuerpo
que ya no duerme.
Sólo bebe de néctares
en pétalos rústicos
mientras recuerda
tus marítimos ojos.
R.R.
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