Indiviso
laude
esclavo
el movimiento
estampa
en
mis manos el silencio
y
tu nombre
en
mi pecho.
Orar
en penumbras
corona
de piedras
no
volcaré por tierra
mi
fundado momio
tras
precarias danzas
que
aguaiten mi lecho.
¿Dónde mora el
lapso
que mecía el
tiempo?
¿Dónde la
efímera mueca
que confinaba
el movimiento?
Inerte
la piel, mas no el discernimiento
aguardaré…
por el viento.
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