Techos muy altos sugieren pisos fríos
en un caserón antiguo de pueblo chico
las siestas a media luz y
un fuerte olor a madreselvas,
comida casera y paredes húmedas.
Sensación de estar transitando
un panteón en penumbras,
paso a paso el frío ingresa por los pies,
mezclado con esa rara contención
y la seguridad que dan los seres queridos.
Un silencio y un canto triste de pájaros
un hombre gris sentado debajo del parral
las manos apoyadas en su bastón
y el cuerpo y los ojos inclinados hacia adelante
mirando a lo lejos quien sabe qué cosa
tal vez, alguna figura
dibujada en una hoja de papel
que el viento sopla y aleja cada vez más.
Escultura de Ángel Gil Cuevas