El tiempo
en su tibia brisa te descubría
entre el espeso maizal
y los linares azulinos.
Ranchos y manos laboriosas
desbordaban esperanzas,
los campos arados,
las mateadas...
Una guitarra
con croar de verdes fantasmas
anunciando la adversidad,
que transformada en guerra,
sorteó la trama del fin.
Y tus habitantes, esclavos del viento,
debieron escapar en silencioso exilio.
Ahora yaces disimulada en montes
perdurando.
R.R.
en su tibia brisa te descubría
entre el espeso maizal
y los linares azulinos.
Ranchos y manos laboriosas
desbordaban esperanzas,
los campos arados,
las mateadas...
Una guitarra
con croar de verdes fantasmas
anunciando la adversidad,
que transformada en guerra,
sorteó la trama del fin.
Y tus habitantes, esclavos del viento,
debieron escapar en silencioso exilio.
Ahora yaces disimulada en montes
perdurando.
R.R.